Regazo en una mañana con un cálido sol, donde el viento que sopla suavemente solo lo sentimos.
Un lugar donde el mejor sonido es el silencio acompañado del río y del tierno cantar de los pájaros. Seguimos moviendo nos entre lluvias de recuerdos, donde intentamos crear un vínculo con lo idealizado. Poniéndonos en deuda con nuestros pensamientos, armándonos de dudas y de posibles engaños, donde la sonrisa reflejada en el agua vierte numerosas carcajadas de un extremo de tu corazón. Posible mente en ese reflejo veamos una mirada astuta, la cual nos absorbe de todo bien y de todo mal. Lo imaginado no es más que el pasillo de nuestros pensamientos, nuestros deseos, no es más que el cúmulo de gozo y de añoranzas obtenidas por equis razones insospechadas. Lo soñado nos abstrae de todo mal, pero nos engaña de todo bien, ocultándonos el final de este cuento el cual debemos ser nosotros quien lo finalice.
Es nuestro cuento, nuestra historia. Nuestras creencias y victorias no se ven halladas en un par de joyas, ni siquiera de un amor esbelto y alumbrante. La felicidad no se haya con riquezas, ni siquiera está obtenida de valores, Cada uno recibe una diversa forma, y manera de ser amoldado a quien la ponga en práctica.
Respira, de tal forma que notas tu pecho llenando se de oxígeno, un momento en el que tus pulmones no dan más de si, en el que tu mente se queda en blanco y ligeramente sueltas ese aire obtenido de forma relajante y perspicaz. Es algo que hacemos inconscientemente, cada día.
Por ello debemos realizar ese mismo proceso a lo largo de nuestra vida.
Recibir un buen aroma, muchas sustancias, pero pocos olores, los cuales nos den vida.
Y que al ser expulsados vuelvan a introducirse nuevamente en nosotros.
Que los problemas se recogen en un árbol, el cual florece y da frutos llamados experiencia, la que cogemos a lo largo de este cuento.
Cuenta con numerosos personajes.. pero muy pocos protagonistas, y lo más importante tú no eres el narrador si no tu conciencia.
Un lugar donde el mejor sonido es el silencio acompañado del río y del tierno cantar de los pájaros. Seguimos moviendo nos entre lluvias de recuerdos, donde intentamos crear un vínculo con lo idealizado. Poniéndonos en deuda con nuestros pensamientos, armándonos de dudas y de posibles engaños, donde la sonrisa reflejada en el agua vierte numerosas carcajadas de un extremo de tu corazón. Posible mente en ese reflejo veamos una mirada astuta, la cual nos absorbe de todo bien y de todo mal. Lo imaginado no es más que el pasillo de nuestros pensamientos, nuestros deseos, no es más que el cúmulo de gozo y de añoranzas obtenidas por equis razones insospechadas. Lo soñado nos abstrae de todo mal, pero nos engaña de todo bien, ocultándonos el final de este cuento el cual debemos ser nosotros quien lo finalice.
Es nuestro cuento, nuestra historia. Nuestras creencias y victorias no se ven halladas en un par de joyas, ni siquiera de un amor esbelto y alumbrante. La felicidad no se haya con riquezas, ni siquiera está obtenida de valores, Cada uno recibe una diversa forma, y manera de ser amoldado a quien la ponga en práctica.
Respira, de tal forma que notas tu pecho llenando se de oxígeno, un momento en el que tus pulmones no dan más de si, en el que tu mente se queda en blanco y ligeramente sueltas ese aire obtenido de forma relajante y perspicaz. Es algo que hacemos inconscientemente, cada día.
Por ello debemos realizar ese mismo proceso a lo largo de nuestra vida.
Recibir un buen aroma, muchas sustancias, pero pocos olores, los cuales nos den vida.
Y que al ser expulsados vuelvan a introducirse nuevamente en nosotros.
Que los problemas se recogen en un árbol, el cual florece y da frutos llamados experiencia, la que cogemos a lo largo de este cuento.
Cuenta con numerosos personajes.. pero muy pocos protagonistas, y lo más importante tú no eres el narrador si no tu conciencia.
Vive la vida de tal manera que cuando no te sientas útil, o con ganas la energía positiva se adentre en tu interior, y consiga que nuevamente vuelvas a regalar tu preciosa sonrisa.
(L)
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