A veces echas de menos esa sensación, aunque ni siquiera fuese buena. La anhelas, y tienes ganas de que vuelva a producir ese cosquilleo en tu mente, ese temblar de tu barriga, esa fuerza que renace en una única persona.
Tengo ganas de sentir un sentimiento potente y abstracto, pero que esta vez sea de algún modo recíproco.
No tengo desesperación, ni siquiera es algo que suspire, simplemente quiero refrescar ese sentido.
Quiero pensar constantemente en alguien, que me aleje de la monotonía de otro día, aunque se haga monótono el tenerle en mi cabeza. Tengo ganas de hablar con el corazón, y dejar de pensar las cosas una y otra vez, de guiarme por impulsos que solo lleguen a un destino casual e indirecto. Tengo ganas de adorar, de notar como los pulmones se agrandan y comienzo a recoger más oxígeno de lo habitual, como se me encoge la lengua al hablar, como suspiro nuevamente olvidando me de las absurdas ideas que hoy me persiguen.
Tengo ganas de sentir, pero no de contarlo si no de tenerlo dentro de mi un mísero tiempo.
Hoy al leer mi última publicación me di cuenta de que un día tuve ese sentido desarrollado, y quizás el fracaso me hizo endurecerme y taparlo, esconderlo y atarlo.
Pero No busco nada, ya que hay cosas que no se buscan, ni siquiera tengo ansias por tenerlo.
Solo expreso lo que siento hoy, ya que quizás mañana no lo sienta.
Solo sé que soy diferente a los demás, pero esa rareza me hace ser lo que soy, y no es algo que desprecie.