miércoles, 30 de octubre de 2013

Fugaz

Sí, eso que pasa mientras no te das cuenta
Un día conoces a alguien,  algo inesperado transcurre por tu cabeza.
Sensaciones, pensamientos se mezclan  causan en ti algo nunca visto.
Es tu primera vez, y no entiendes ni razonas con propiedad.
Todo es confuso, incluso inexacto para tu débil mente
Pero ocurre, y ese sentimiento comienza a brotar de tu más desnutrida tierra.
Como si le diese igual el tiempo sol y el agua, el tallo comienza a subir rápida e independientemente a ti.
Hay tormentas, la balancean ya que incluso comienzas a detestar su presencia.
Dudas, se caen las hojas y cortas la pequeña planta que había crecido porque estaba haciendote daño
Pasa el tiempo, y todo cambia, nubes se despejan y aunque ignores lo que sientes
un rayito de deseo entra en tus ojos y perdura al ver su sombra de nuevo.
Toda esa época confusa vuelve a ser hermosa, pero tu luchas contra el sentimiento.
Desafortunadamente este te gana con creces, y acabas destrozada.
Algo no encaja, ha vuelto a salir después de cortarlo... Porque la raíz siempre estuvo.
Vuelves a crear sonrisas ingenuas cuando su recuerdo te golpea, pero sigues fingiendo que no te interesa.
Hasta que caes, caes y ya no hay vuelta atrás, por mucho que corras, esto siempre te alcanza y te supera con creces.
Ya no sabes que hacer, pones excusas, no lo miras y lo único que quieres es alejarte de el.
Pero la realidad te aprieta un día, y te obliga a enfrentarte a ese sentimiento que tanto tiempo abandonaste.
Que ya hoy volvió crecido, y con ganas de adueñarse de ti durante un periodo clave de tu vida.



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