Sí, eso que pasa mientras no te das cuenta
Un día conoces a alguien, algo inesperado transcurre por tu cabeza.
Sensaciones, pensamientos se mezclan causan en ti algo nunca visto.
Es tu primera vez, y no entiendes ni razonas con propiedad.
Todo es confuso, incluso inexacto para tu débil mente
Pero ocurre, y ese sentimiento comienza a brotar de tu más desnutrida tierra.
Como si le diese igual el tiempo sol y el agua, el tallo comienza a subir rápida e independientemente a ti.
Hay tormentas, la balancean ya que incluso comienzas a detestar su presencia.
Dudas, se caen las hojas y cortas la pequeña planta que había crecido porque estaba haciendote daño
Pasa el tiempo, y todo cambia, nubes se despejan y aunque ignores lo que sientes
un rayito de deseo entra en tus ojos y perdura al ver su sombra de nuevo.
Toda esa época confusa vuelve a ser hermosa, pero tu luchas contra el sentimiento.
Desafortunadamente este te gana con creces, y acabas destrozada.
Algo no encaja, ha vuelto a salir después de cortarlo... Porque la raíz siempre estuvo.
Vuelves a crear sonrisas ingenuas cuando su recuerdo te golpea, pero sigues fingiendo que no te interesa.
Hasta que caes, caes y ya no hay vuelta atrás, por mucho que corras, esto siempre te alcanza y te supera con creces.
Ya no sabes que hacer, pones excusas, no lo miras y lo único que quieres es alejarte de el.
Pero la realidad te aprieta un día, y te obliga a enfrentarte a ese sentimiento que tanto tiempo abandonaste.
Que ya hoy volvió crecido, y con ganas de adueñarse de ti durante un periodo clave de tu vida.
miércoles, 30 de octubre de 2013
miércoles, 23 de octubre de 2013
Creciendo
Estoy en esa etapa, me siento agarrada fuertemente a una montaña rusa que no avisa.
Pero he conseguido tener el poder de parar el tiempo cuando algo es demasiado precioso como para no prestarle más atención. Me siento diferente,he cambiado, mi vida se encuentra preparándose para mi salto.
No se como ha pasado, como esta paz se apoderó de mí, como he dejado de ver los malos gestos. De eliminar la rutina de mareas de confusiones y derrotas ficticias.
Ahora soy yo, esa Isa inhabitada y semidesnuda que estaba esperándome.
Me siento fuerte, grande y llena de buenas cosas que agradezco cada día.
Todo lo que pensaba, lo que hacía mi forma de actuar se esfumó y formó nubes a las cuales movió el viento de mi gran sol.
Sigo creyendo en el destino, ahora más que nunca, porque sin el, ahora mismo no sé ni que estaría haciendo.
Sigo guiándome de mis impulsos positivos, los que rasgan poco a poco por dentro pidiendo a gritos salir.
Esos, los que llenan de intensidad tu vida, que te pitan como un árbitro cuando haces una falta.
Hasta que decides hacerle caso y arriesgar.
Estoy en un momento de mi vida en el que no me gusta hacer planes, lo mejor es dejar que surjan las cosas, en donde el amor si hace daño, si ilusiona y si juega no es amor. Y que es mejor olvidarlo aunque cueste.
Si ese momento en el que te da igual correr bajo la lluvia, cantar en inglés aunque no tengas ni idea, salir por la ventanilla del coche y notar el viento en tu cuerpo, subirte al tejado y mirar al horizonte horas y horas.
Si estoy en busca de nuevas vistas que paralizan toda la capacidad de pensar que tiene tu mente, y su belleza te envuelve y se apodera de ti dejando la mente en blanco.
En que digo si a todo, siempre y cuando no me perjudique, me arriesgo, pierdo pero vuelvo a empezar.
Esa época en la que crees en ti y nada ni nadie va a poder hundirte.
En donde todo tiene una razón, y donde valoras el más mínimo gesto de los compañeros de tu vida.
Donde olvidas el término amistad, y lo englobas en otra palabra 'Familia'
Pues si ahora mismo me siento así, este año 2013 ha sido uno de los mejores de mi vida.
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