Hace un año ya que no me fusiono en palabras que hablen por mí, palabras que le den firmeza y claridad a todo el nido lioso y casi desastroso que tengo por cabeza, y en donde se alimentan mis pensamientos. Sinceramente estoy orgullosa de mi vida ahora, hoy por hoy.
¿Por qué lo de: Está en ti y en nadie más?. Porque me he dado cuenta de muchas cosas durante este año, la primera es que no puedes obviar tus instintos, tus motivaciones, tus pasiones.
Si callas a tu don, el buscará y encontrará la forma en la que lo escuches.
Una de las cosas que tiene el ser humano es el poder de la ELECCIÓN, muy potente, pero no le damos valor. Vamos marionetizados por el mundo, obedeciendo ordenes y dictándolas a diestro y siniestro, chocándonos con ventanas de realidad en donde personas sonríen antes para un selfie que al cruzarse con alguien por la calle.
¿Por qué?, Pues porque no ELEGIMOS bien, no elegimos bien nuestro trabajo, nuestra pareja, ni siquiera elegimos nuestra casa, y mientras abrazando por la noche al despiadado conformismo que nos arropa y rapta tus sueños. No podremos estar vivos si nos sentimos muertos constantemente.
Retomando nuestro Don, nuestra esencia más pura del motivo de nuestra existencia. Todos estamos donde estamos porque tenemos una misión, la cual no tiene fecha de caducidad, pero tu estás aquí y es por algo. Buscarlo, dejaros llevar por lo que os apasiona, y da igual si no da dinero, o si tiene escasa salida. Porque quizás no tendrás claro si llegarás a fin de mes, pero en ese durante serás tú, serás todas las personas que han sabido escuchar su corazón para reforzar su esencia.
Y eso es de valiente, valiente porque luchas contra todo para seguir siendo tú, para acostarte todas las noches con una sonrisa en la cara y cansancio en la espalda, pero igualmente feliz.
Por eso no podemos dejar de escuchar esa vocecita que te indica, que te intenta hacer ver donde está el camino de tu más bello espíritu, de tu energía. Camino complicado pero fructífero, camino que solo los campeones, los guerreros, los luchadores se atreverán a cruzar. ¿Y tú, te atreves?